4 de julio de 2010

postura complicada


Me pasa seguido de sentir un nudo en la garganta y tener que tragarlo hasta que se esconde, atrás de la lengua que calla quejas, y de las cuerdas que componen notas para distraerme, un nudo que hace presión como cuando uno tiene hambre, un hambre que no se va a ir porque nadie puede saciarlo. Las verdades que se cayan se vuelven mentiras sometidas que van a estar siempre en la garganta. Decirte que es mentira que estás para mi cuando me necesites, saber a ciencia cierta que a esta altura debería estar esperando que dichas palabras sean en vano, preguntándome qué me hace esperar que sean ciertas. A veces pienso que quizá ignorarme es también ignorar un dolor que incomoda, incomoda porque es cierto. Uno anda por la vida quejándose a boca llena de sus pesares, diciendo que tal o cual cosa le arruina la vida, y de repente viene algo y realmente duele. Nos quejamos por boludeces, un horario en el trabajo, una uña rota, un empujón sin querer, mucha gente, poca gente, poca plata, nos quejamos de a ratos de cosas triviales, maldecimos y somos ignorantes del verdadero dolor, hasta que realmente entendemos la otra perspectiva. No sos consciente de las boludeces de las cuales te quejas hasta que se va tu abuelo, o tu mejor amiga pierde a su mamá. Entonces entendés de manera llena que hay pesares y hay dolor verdadero. Un dolor interno, profundo que te quema por dentro de solo pensarlo. Uno cree que ama, y que va a ser amado, y se enamora y se desenamora, y se queja, escupe al cielo por esos amores que parecían reales, hasta que pasa de verdad. Te encontrás yendo a lugares inimaginados, te das cuenta que alguien te hace mejor persona, te visualizas con el vestido blanco, visualizas cómo van a dar los genes y te das cuenta demasiado tarde que eso es verdadero. Te das cuenta de repente que vivís por esa persona y que la Tierra perdió la gravedad el momento que estuviste en esos brazos o rozando esa mano. Te asustás porque nunca pasó algo asi antes, y si sos de los míos, si corrés mi no-suerte, de repente conocés el verdadero desamor. Cerrás los ojos mes trás mes buscando despertar pero esa vez no era mentira. Te das cuenta entonces de las miles de veces que te quejaste de mal de amores, sin saber verdaderamente lo que era perder algo que amabas. Porque ahora sí estás vacía. Ya nada se siente lo mismo y el roze de una mano te asusta por lo que alguna vez sí significó.
Necesitás abrigo, necesitás mucho más que roces y no los hay.
Cerrás los ojos fuertes y esperás que se de todo lo que aquellas palabras prometieron y dejaron en el aire, pero no hay salida y esto es simplemente tu día y no vas a despertar de algo que ya es real. "Es complicada mi postura... no puedo hablar..."


Gracias... realmente me hubiese gustado que fuese cierto que contaba con vos.

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