9 de marzo de 2010

biodegradable


Había una vez una chica que se enamoró de un chico que no la amó y le dolió y se dio cuenta que era la primera vez que amaba, y lucho por sacarse el peso de encima, dejar de mirarlo como si fuese lo único que le daba sentido a su vida, y cuando casi creía crecer alas, llegó la verdad, con sus ojos llenos de justicia, para decirle al oído que ella no era más que una particular biodegradable que volaba y se dejaba llevar por el viento, que no tenia consistencia, que no era nda, que si el viento no soplase ella jamás volaría, que le habían mentido y ella jamás había tenido alas, que todo lo que tenia era una mentira, y ella miró sus manos y vio que la mano que creyó sostenía era solo un largo hilo de un largo ovillo de mentira, y miró su cuerpo y lo vio prensado por ese hilo, vio su pelo enredado en él, vio su corazón, las arterias, todo enredado en ese hilo, y ella sangraba pero ella nunca lo había visto porque sostenida de la mano de la mentira, jamás se había dado cuenta de que ella no vivía, solo vivía la mentira. Se quedó contemplando el hilo, hilando los recuerdos que creyó sabía conocer, se dio cuenta entonces que nda era como ella lo veía, que si abría los ojos de verdad, todo lo que ella conocía no existía, que todo era mentira, y se amparó en su capacidad de amar, se dijo a si misma que tenia que sentirse bien de haber amado, aunque hubiese sido mentira, porque ella vio su despertar en esos ojos y supo, aunque mentira, que podía vivir con solo contemplar a otra persona en los ojos. Y respiró hondo para contener lo único que la mantenía con vida, respiró hondo y contó hasta un millón contando una a una las mentiras, sabiendo que nunca llegaría el día que parece de contar, porque ella había cargado a cuestas una mentira y llevaba una vida que no era vida, llevaba en sus manos no más que un hilo, un hilo fino largo y adherido a su piel. Miró esos ojos otra vez y se despidió, se despidió asustada y desenredando su corazón, lo puso en el bolsillo de él, para que lo cargara de mientras, puesto que ese corazón no sabía sobrevivir a esa mentira. Allí se iba a quedar, entre sus telas, abrigado del exterior. Ausente de la verdad, eternamente aislado en esas dulces imágenes que lo hicieron acelerar, un pedacito inerte estancado en un estado irreal, much like love.
Abrió los ojos y dejó de ver.
Dejó de importar y se arrancó los hilos que ya comenzaban a crear harapos, y dio paso al abismo y cayó por horas, días, meses, lunas y estaciones, sintiendo una brisa al caer, una brisa que aquietaba su dolor. Cayó con la mirada abierta y esperando volverse biodegradable, esperando perderse en el espacio como una espora. Y en el trayecto de caída, se volvió a enredar, quizá confundida por esa tibia sensación de amor, y miró ese hilo confundida, abrió bien bien los ojos y lo comenzó a seguir sin tocarlo, lo olió, lo estudió y se lavó la cara día a día, queriendo ver la realidad sin ningún pestañeo de por medio. Miró su pelo, las vueltas interminables bajo la gorra, su sonrisa torcida y sincera, miró con miedo y se acercó asustada, empujada por la brisa, sin querer acercarse, y lo tocó. Y volvió a soñar. Pero el miedo la despertaba cada día y dejó que el hilo que aún la seguía enredando le jugara la partida. Acarició su rostro y quedó un centímetro corta para alcanzarlo. Su sueños entonces se llenaron de lágrimas y a veces de fantasía, ella dejó que creciera dentro suyo un mundo irreal de ilusiones reprimidas. Lo beso en sus sueños y fue una de nuevo con su corazón junto a él, en sus sueños. Para luego despertar cada día.
Y la espora viajó mundos, recorrió planetas que no conocía, y chocó de nuevo de frente con su temor, miraba esta vez de pleno y con ojos abiertos a su siguiente dolor, decidió dejarse llevar para ir con su mirada puesta en el hilo, decidió amarlo a su pobre manera sin corazón y con la mirada fija. Leyó sus miradas, lo vio florecer, marchitarse y crecer, vio un ser lleno de luz, algo que hace rato no veía... y se dio cuenta la espora que quizá allí ella renacería... quizá allí podría descansar. Apoyó sus manos sobre sus hombros, y se esforzó por llegar, estiró sus brazos para apegarse más, cerró los ojos con fuerzas y una vez al compás de una canción que ya conocía se embriagó de esa realidad. Deseó con toda su alma que esta fuese su vida, deseo amarlo a la distancia y deseo ser su amiga. Acarició sus costumbres y se adecuó a su andar, lo contempló deslumbrada con sus simplicidad, y lo vio alejarse, como notas escurridizas lo escuchó marchar, y cerró los ojos para ver esas primeras manos tocando ese tema en un piano viejo, cansado de tanto tocar. Y abrió los ojos y ya no estaba. Se vio la espora sórdida y vencida, cerró los ojos y se dejó llevar... se choca con todo, a veces mira pero no quiere mirar, ve los hilos a su alrededor, los esquiva pero sabe que al final... ella sigue atada a ese hilo inicial... Lo mira ya con cariño como algo suyo que teme dejar. Qué va a ser su vida desprendida de ese hilar... pero cuántas vueltas más pueden quedar...

... mira el hilo, jamás lo va a cortar, pero quizá sea tiempo de dejarlo, o quizá sea tiempo de coserlo a un ojal... mira sus vueltas, sus idas y venidas y reconoce su suavidad, por qué ese hilo la lastima y tb la ha sabido abrigar... mira sus labios, pequeño, imperfectos, los mira enredarla y los mira hablar... sabe ver qué dice y qué miente, sabe demasiado... y no lo deja de mirar, quizá queriendo comprender su existencia adictiva, queriendo que su mirada encontrase la suya para verlo... verlo realmente... pero siempre parece los ojos cerrar... y caen uno junto al otro, frenéticamente en picada libre, a punto de desprenderse, a punto de echarse a perder, y él se aferra fuertemente y ella busca un ojal...


u_u espora... adicta y fugaz...


xoxo
Roma

1 comentario:

Eliss dijo...

Me gusto..todo tiene mucho sentido..
u.u